Evaluación de la danza de la wayliya haquireña: criterios de calificación de una danza tradicional
Diversas formas de danza
La danza es una forma de expresión artística
que implica el movimiento del cuerpo de una manera rítmica y coordinada,
generalmente acompañada de música y a menudo con un significado cultural o
social. Es una manifestación artística que puede ser realizada de manera
individual o grupal y abarca una amplia variedad de estilos y géneros. La danza
puede tener diversos propósitos, como el entretenimiento, la celebración de
rituales religiosos o culturales, la expresión emocional, la narración de
historias, o simplemente la exploración estética del movimiento y la forma. Se
practica en todo el mundo y ha evolucionado a lo largo de la historia, dando
lugar a una gran diversidad de estilos y tradiciones.
Además de su función artística, la danza
también puede ser una forma de ejercicio físico y una herramienta para la
comunicación no verbal. Los bailarines utilizan su cuerpo para transmitir
emociones, contar historias y comunicarse con el público de una manera única y
expresiva. La danza puede abarcar desde estilos altamente estructurados y
técnicos, como el ballet clásico, hasta formas más improvisadas y
contemporáneas que permiten una mayor libertad de expresión.
La danza, como forma de expresión artística
milenaria, se presta a una variedad de clasificaciones que permiten comprender
y apreciar su diversidad. La multiplicidad de criterios utilizados para
clasificarla, tales como estilo, técnica, propósito, origen cultural, número de
participantes y música, revela la riqueza y complejidad inherentes a esta
manifestación cultural.
La clasificación por estilo demuestra la
amplia gama de expresiones dentro del mundo de la danza. Desde el elegante y
codificado Ballet, cuyos orígenes se remontan a la corte italiana y su
desarrollo en Francia y Rusia, hasta el enérgico Jazz, que fusiona movimientos
de ballet, danza moderna y ritmos africanos. Asimismo, el Hip-hop, nacido en
comunidades afroamericanas y latinoamericanas, y la danza Contemporánea, una
fusión innovadora de estilos, exhiben la adaptabilidad y evolución constante de
la danza a lo largo del tiempo.
La clasificación por técnica subraya la
diversidad en los métodos de ejecución. La danza Clásica, con sus posiciones y
movimientos codificados, contrasta con la libertad expresiva de la danza
Moderna, que busca la expresión personal y una menor rigidez formal. La Técnica
de Piso, empleada en la danza contemporánea y moderna, destaca la versatilidad
del cuerpo y su conexión directa con el suelo.
El propósito de la danza se refleja en su
clasificación según la intención detrás de su ejecución. La danza Artística o
Escénica se presenta ante un público con el fin de entretener o expresar
aspectos artísticos, mientras que la danza Ritual o Tradicional forma parte de
ceremonias religiosas, festividades y prácticas culturales, preservando así la
identidad y herencia de una comunidad.
La clasificación por origen cultural resalta
la conexión intrínseca entre la danza y la diversidad cultural. El Folklore
abarca danzas transmitidas de generación en generación que reflejan las
tradiciones de una cultura específica, mientras que la danza Étnica refleja las
características de un grupo étnico particular, evidenciando la riqueza cultural
enraizada en la danza.
La cantidad de participantes y la música
utilizada también sirven como criterios distintivos. Desde el bailarín
individual en la categoría Solista hasta la interacción de parejas en danzas
como el tango, salsa y vals, hasta las ejecuciones grupales, la danza se adapta
a diversas configuraciones sociales. La música, ya sea clásica en el caso de la
danza clásica o experimental y electrónica en la danza contemporánea, amplía
aún más la diversidad de esta expresión artística.
La practica de la danza tradicional
Las danzas populares, tradicionales y
folklóricas constituyen no solo expresiones artísticas arraigadas en la
identidad cultural, sino también testimonios vivos de las tradiciones que han
evolucionado a lo largo del tiempo. Al clasificar estas formas de danza en la
categoría de origen cultural, se destaca su conexión intrínseca con la
historia, las costumbres y la esencia misma de una comunidad, región o grupo
étnico específico.
Las danzas folklóricas, como expresiones
artísticas, encapsulan la riqueza cultural de un pueblo o comunidad.
Transmitidas de generación en generación, estas danzas se convierten en
poderosos narradores de la historia, las costumbres y la mitología de una
región específica. No se limitan solo al movimiento; los trajes tradicionales,
la música autóctona y los gestos cuidadosamente ejecutados llevan consigo
significados específicos arraigados en el contexto cultural. Así, las danzas
folklóricas se erigen como guardianas de la herencia cultural, preservando y
transmitiendo el legado de generación en generación.
Las danzas tradicionales, por su parte,
representan las prácticas de baile distintivas de una región o grupo cultural.
Ancladas en la historia y las costumbres locales, estas danzas a menudo se
convierten en elementos destacados de eventos festivos, ceremonias religiosas o
celebraciones culturales. Su ejecución se convierte en una celebración de la
identidad colectiva, marcando hitos significativos en la vida de una comunidad.
En el caso de las danzas populares, su origen
radica en la creatividad y espontaneidad de la gente común, en contraposición a
ser producto de una élite artística. Su sencillez y accesibilidad permiten una
transmisión informal a través de la participación comunitaria. Estas danzas,
que varían significativamente en todo el mundo, se asocian comúnmente con
eventos sociales, celebraciones y la simple búsqueda de diversión y
entretenimiento. La conexión directa con la vida cotidiana y la participación
activa de la comunidad las convierten en expresiones culturales auténticas y
arraigadas en la realidad social.
En su influyente obra "Teoría de la Danza
Tradicional: Su Función Social de Identidad Cultural en el Perú", el
destacado investigador Saul Rojas (2014) profundiza en la riqueza antropológica
y etnográfica de las danzas tradicionales, desentrañando sus múltiples formas y
funciones dentro del contexto cultural peruano. Rojas identifica y teoriza tres
categorías distintivas de danzas tradicionales, cada una imbricada en la
compleja red de identidad cultural que caracteriza a esta región sudamericana.
En primer lugar,
Rojas destaca las "Danzas Tradicionales", arraigadas en las
festividades patronales, actividades ganaderas y agrícolas según el calendario
agrofestivo. Estas danzas, según su análisis, actúan como vínculos vivos entre
la comunidad y sus prácticas ancestrales, marcando momentos cruciales del año
agrícola y ganadero. La coreografía y la vestimenta reflejan la conexión íntima
con la tierra, la naturaleza y las tradiciones locales, contribuyendo así a la
construcción de una identidad cultural arraigada en la tierra y sus ciclos.
En segundo lugar,
Rojas explora las "Danzas en Base a Hechos Tradicionales",
caracterizadas por recreaciones de actividades costumbristas y cotidianas.
Estas danzas no solo incluyen movimientos coreografiados, sino también
elementos como canto, música, rituales y otras actividades simbólicas. Este
enfoque holístico permite a la comunidad revivir y celebrar aspectos
significativos de su vida diaria y su historia compartida, reforzando así los
lazos sociales y la continuidad cultural.
La tercera
categoría, según Rojas, comprende las "Danzas Creativas o Alegorías",
las cuales se presentan como representaciones teatrales de alto valor histórico
y cultural. Estas danzas, lejos de ser meras recreaciones, adquieren la forma
de expresiones artísticas que transmiten narrativas profundas y complejas sobre
la historia y la identidad cultural. Rojas destaca cómo estas alegorías
danzadas no solo entretienen, sino que también educan y transmiten
conocimientos que son fundamentales para la comprensión de la comunidad sobre
sí misma.
Rojas resalta la dedicación exclusiva de
aquellos que participan en la danza tradicional, señalando que estas
actividades son llevadas a cabo por personas que han hecho de esta forma de
expresión una parte integral de sus vidas. Además, enfatiza la distinción
crucial entre una fiesta y una danza, aclarando que mientras una festividad
puede albergar una o varias danzas del mismo tipo o incluso de diferentes
tipos, la danza en sí misma es una entidad única y significativa.
En última instancia, la obra de Saul Rojas
aporta una valiosa perspectiva teórica que enriquece la comprensión de la danza
tradicional como un fenómeno social arraigado en la identidad cultural peruana.
Su enfoque antropológico y etnográfico proporciona un marco conceptual sólido
para analizar la función social, la diversidad y la complejidad de estas
expresiones artísticas que perduran en el tiempo y contribuyen a la
preservación de la identidad cultural en el Perú.
Intromisión de la
danza tradicional en los festivales
En la compleja intersección entre la tradición
cultural y la expresión artística, los festivales culturales se erigen como
escenarios dinámicos donde la danza adquiere diversas formas y significados. En
contraste con la creciente presencia de danzas contemporáneas y creaciones
artísticas en estos eventos, la zona rural del Perú sostiene una conexión
arraigada con las danzas tradicionales, aunque su evolución plantea desafíos
significativos en cuanto a la preservación de su autenticidad y su traslado ocasional
a contextos más artísticos.
La ruralidad peruana, rica en tradiciones
ancestrales, ha sido testigo de una transformación gradual en la presentación
de sus danzas tradicionales. Antaño relegadas a contextos rituales o
ceremoniales, estas expresiones artísticas han experimentado un desplazamiento
hacia espectáculos y festivales, rompiendo las barreras de su contexto
original. Esta migración cultural plantea una dicotomía entre la producción
folklórica y la producción artística, subrayando la necesidad de discernir
entre ambas formas de expresión.
En este contexto, la diferencia esencial entre
folklore y arte en la producción de danzas se hace evidente. Las danzas
folklóricas, arraigadas en la tradición oral y las costumbres populares,
encuentran su origen en la identidad cultural de una comunidad o región
específica. Transmitidas de generación en generación de manera informal, estas
danzas tienen un propósito arraigado en la celebración de la identidad
cultural, la expresión de la historia y la participación comunitaria.
Presentadas comúnmente en contextos comunitarios, como festivales locales y
eventos tradicionales, estas danzas mantienen una fuerte conexión con la
participación comunitaria y la autenticidad cultural.
Por otro lado, las danzas artísticas,
alineadas con un enfoque más formal y estilizado, nacen de la creatividad
individual o colectiva de artistas y coreógrafos. Buscan expresar emociones,
conceptos abstractos o narrativas de manera estilizada, con un propósito que
puede ser más estético, artístico e incluso provocador. Estas danzas se
presentan típicamente en escenarios formales, como teatros, auditorios o
eventos artísticos, donde el énfasis recae en la apreciación estética y la
interpretación artística.
La preservación y la innovación emergen como
elementos centrales de esta dicotomía. Mientras que las danzas folklóricas
buscan preservar la tradición y la autenticidad cultural, las danzas artísticas
son propensas a la innovación y la exploración de nuevas formas de expresión.
Esta tensión entre la conservación de la herencia cultural y la búsqueda de
innovación caracteriza el panorama de la danza en la zona rural del Perú, donde
las tradiciones ancestrales se encuentran en constante diálogo con las expresiones
más contemporáneas.
Criterios de calificación en las danzas
Después de un exhaustivo análisis
bibliográfico y basándose en la experiencia acumulada, se está trabajando en la
estandarización de los criterios de calificación para los concursos de danza
folklórica en el Perú. La propuesta presentada por Toño Meza Paucar representa
una de las últimas contribuciones significativas en esta área, proponiendo una
estructura compuesta por dimensiones, criterios, ítems y competencias
adquiridas, además de la especificación de los especialistas encargados de la
calificación.
·
La dimensiones son las siguientes:
·
Dimensión educativa-docencia (D2)
·
Dimensión de maestro (D3)
·
Dimensión Coreográfica (D4)
grupal, expresiva, distributiva, principal, folklorica, histórica, simétrica
·
Dimensión danzante/artista (D5)
·
Dimensión artística (D6)
Ilustración 1. Dimensiones de la danza
Esta propuesta se fundamenta en la definición
de varias dimensiones específicas para evaluar la danza, destacando aspectos
emocionales, educativos, coreográficos, artísticos, entre otros. Cada una de
estas dimensiones se desglosa en criterios detallados que permiten una
evaluación exhaustiva y precisa de cada aspecto de la presentación de danza
folklórica.
Tabla 1. Dimensiones y criterios
CRITERIO |
|||||
EMOCIONAL (D1) |
DIMENSION ARTISTICA (D6) |
|
|
DIMENSION
DANZANTE/ARTISTICA (D5) |
Maquillaje
|
Coordinación |
|||||
Presencia
escénica |
|||||
DIMENSION EDUCATIVA-DOCENCIA (D2) |
DIMENSION
COREOGRAFICA (D4) |
Espacio
escénico |
|||
DIMENSION
DE MAESTRO (D3) |
Coreografía
|
||||
|
Limpieza
y claridad de los movimientos |
||||
Originalidad
y creatividad |
|||||
Musicalidad
|
|||||
Idea
o concepto/escenografía |
|||||
Complejidad
|
|||||
Mensaje
|
|||||
Vestuario
|
Las dimensiones propuestas incluyen la
dimensión emocional, donde se considera la conexión emocional y simbólica con
la danza, la dimensión artística que engloba la expresión estética y creativa,
y la dimensión danzante/artista, evaluando aspectos como el maquillaje, la
coordinación y la presencia escénica. Además, se considera la dimensión
educativa-docencia y la dimensión de maestro, valorando aspectos como el
espacio escénico, la coreografía, la musicalidad, entre otros elementos clave
que contribuyen a la riqueza y calidad de la presentación.
Para cada criterio de evaluación, se
establecen indicadores específicos, junto con un rango de puntuación y una
escala de evaluación tipo Likert, que permite una calificación detallada y
objetiva de cada ítem evaluado.
Tabla 2. Criterios de calificación
Indicadores |
Rango |
Ítems/Escala de Likert |
Instrumento |
|
Maquillaje |
Hace uso correcto del maquillaje acorde a las costumbres Utiliza los pendientes u otros elementos de acorde a la danza Respeta de la tradición de la manifestación folclórica La danza utiliza mascara según la tradición folclórica |
(0-5) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Coordinación |
Uniformidad en la propuesta Uso adecuado de los traslados Simetría en las figuras de la propuesta Manifiesta mediante movimientos uniformidad por los danzarines y
personajes de la danza |
(0-5) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Presencia escénica |
Demuestra seguridad en el escenario Demuestra actitud Demuestra expresión facial acorde a la danza Expresa emociones grupalmente |
(0-5) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Espacio escénico |
Hace correcto dominio de escenario Utiliza simétricamente el escenario Los danzarines muestran uso adecuado del espacio escénico Valora los espacios por los personajes de la danza |
(0-5) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Coreografía |
Cumple con la secuencia de la danza Respeta las figuras propuestas de la danza Hace uso adecuado en el traslado de la coreografía Propone figuras coreográficas sin perder la esencia de la danza |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Limpieza y claridad de los movimientos |
El traslado en las mudanzas o ritmos son simétricos Hace uso adecuado de la expresión corporal |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Originalidad y creatividad |
Respeta la originalidad de la danza Presenta elementos creativos en la danza Mantiene esencias ancestrales y/o origen de la danza Presentó situaciones innovadores a la danza |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Musicalidad |
Considera música en vivo y otro material Identifica y propone el ritmo musical de la danza Los danzarines ejecutan ritmo musical Respeta y contiene todos los ritmos musicales de la danza |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Idea o concepto/escenografía |
Considera bocetos, Caracterización de los personales La escenografía es acorde a la danza/estampa Tiene definido el concepto de la propuesta escénica |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Complejidad |
Rigurosidad de las figuras coreográficas Complejidad de pasos Innovación de las figuras Nivel de dificultad en las mudanzas |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Mensaje |
Autenticidad del mensaje Uso correcto de indumentarias Justificación de la propuesta Expresión del mensaje |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
Vestuario |
Autenticidad de los trajes Colorido o combinación de los colores Historia del traje Uso adecuado del traje |
(0-10) |
ITEM 01 ITEM 02 ITEM 03 ITEM 04 |
Escala de valoración Rubrica Lista de cotejo Guía de observación |
La evaluación de una presentación de danza
implica considerar una variedad de criterios que van más allá de la técnica
pura y se sumergen en la esencia cultural, creativa y emotiva de la expresión
artística. Cada criterio no solo enfoca la destreza física, sino también la
autenticidad cultural y la profundidad emotiva que trae consigo la danza
folklórica. Analicemos algunos de estos criterios y su importancia en la
evaluación de una presentación:
1. Maquillaje: La
autenticidad del maquillaje y los accesorios refleja el respeto por las
tradiciones culturales arraigadas en la danza folklórica. El uso adecuado de
estos elementos contribuye a la representación fiel de la manifestación
folclórica, mostrando coherencia con la tradición y el patrimonio cultural.
2. Coordinación: La
uniformidad y la simetría en los movimientos reflejan la armonía y la cohesión
del grupo. La ejecución precisa de los traslados, figuras y movimientos
simétricos resalta la calidad técnica y estética de la presentación.
3. Presencia
escénica: La seguridad, actitud y expresión facial transmiten las emociones y
la historia detrás de la danza. La coherencia emocional y la conexión con la
narrativa de la danza son aspectos cruciales en la entrega de una presentación
auténtica.
4. Espacio
escénico: El dominio del escenario y su uso simétrico demuestran el
conocimiento y control del entorno, optimizando la presentación y destacando la
interacción entre los danzarines y el espacio.
5. Coreografía: El
cumplimiento de la secuencia, el uso adecuado y la propuesta de figuras
coreográficas sin perder la esencia cultural son fundamentales para mantener la
autenticidad y la historia detrás de la danza.
6. Limpieza y
claridad de los movimientos: La precisión en los movimientos, la expresión
corporal adecuada y la simetría en los ritmos demuestran la técnica y la
conexión emocional de los danzarines con la danza.
7. Originalidad y
creatividad: La incorporación de elementos creativos mientras se mantiene la
esencia y la autenticidad ancestral de la danza puede dar nueva vida a una
manifestación cultural, permitiendo la innovación sin perder la identidad.
8. Mensaje: La
autenticidad del mensaje expresado a través de la danza y la coherencia en el
uso de las indumentarias juegan un papel esencial en la transmisión de la
historia y la identidad cultural asociada.
9. Vestuario: La
autenticidad, el colorido y la historia detrás del vestuario resaltan la
riqueza cultural y su conexión con la danza.
10. Musicalidad: La
musicalidad en la danza folklórica es un criterio fundamental que va más allá
de simplemente ejecutar movimientos al compás de la música. Considerar música
en vivo y otros materiales resalta la importancia de mantener la autenticidad
cultural. Identificar y proponer el ritmo musical de la danza muestra la
comprensión profunda de los elementos sonoros, mientras que la ejecución
precisa del ritmo por los danzarines demuestra la conexión intrínseca entre la
música y la expresión corporal. Respetar y contener todos los ritmos musicales
de la danza es esencial para mantener la fidelidad a la tradición y garantizar
una experiencia completa y enriquecedora.
11. Idea o concepto/Escenografia:
La conceptualización y la escenografía son aspectos clave que dan profundidad y
significado a una presentación de danza folklórica. Considerar bocetos muestra
una planificación meticulosa, mientras que la caracterización de los personajes
resalta el compromiso con la autenticidad cultural. La adecuación de la
escenografía a la danza/estampa proporciona un marco visual que enriquece la
narrativa. Tener definido el concepto de la propuesta escénica es crucial, ya
que guía la interpretación y entrega de la danza, conectando la coreografía con
una historia o mensaje coherente.
12. Complejidad: La complejidad en la danza folklórica se
evalúa a través de la rigurosidad de las figuras coreográficas, la complejidad
de los pasos, la innovación en las figuras y el nivel de dificultad en las
mudanzas. La rigurosidad refleja la precisión técnica, mientras que la
innovación demuestra una apertura a la creatividad dentro de los límites de la
tradición. La complejidad de los pasos y el nivel de dificultad en las mudanzas
revelan la destreza y habilidad de los danzarines, proporcionando un desafío
que eleva la calidad artística de la presentación.
Estos criterios de calificación son esenciales
para garantizar una evaluación equitativa y rigurosa de las presentaciones de
danza folklórica en concursos y festivales. La propuesta de Toño Meza Paucar
representa un paso significativo hacia la estandarización de la evaluación de
la danza folklórica en el Perú, asegurando que se valoren no solo aspectos
técnicos, sino también elementos culturales y emocionales que son fundamentales
para la comprensión y apreciación de esta forma de arte arraigada en la identidad
nacional.
Características de la danza y canto de la
wayliya haquireña
Para ensayar la propuesta de criterios de calificación
para la wayliya haquireña, es necesario señalar sus principales características.
Esta es una expresión ritual profundamente arraigada en la festividad de la
natividad del Niño Jesús en Haquira, compuesta por música, canto y danza que
fusiona tradiciones religiosas cristianas con dinámicas propias de la
ritualidad andina. Este evento, concebido para honrar al Niño Jesús, se
estructura en un sistema de cargos anuales donde el mayordomo (karguyoq) asume
gastos comunitarios, y el prioste vela por las figuras religiosas y su
cumplimiento. Los danzantes, organizados en comparsas de dos ayllus, exhiben
personajes distintivos como la wayliya, el negro, el majeño, la waylala y los
llameros, cada uno con roles particulares en la celebración.
La peculiaridad de la wayliya haquireña reside
en sus máscaras, especialmente las usadas por los negros, elaboradas con
arcilla "andesita" y arena, adquiriendo un tono rojizo al quemarse.
Estas máscaras, con gestos de sonrisa o silbido, dotan de identidad a los
personajes y distinguen esta variante de otras expresiones similares.
La música, fundamental en la wayliya, incluye
cantos agudos de las wayliyas, destacándose por su elevada entonación en
estribillos y el canto wijch’upa, junto con las guitarras, sonajas, matracas de
madera y sonajas empleadas por los negros, generando ritmos marcados y
distintivos. Además, la comparsa de llameros y waylalas aporta música propia
mediante flautas o lawitas y tinyas, ejecutando la qhaswa, cuyos orígenes se
remontan a festividades prehispánicas de fertilidad. La presencia de la
esquila, una campana asociada al ganado, marca el momento de la danza de los
llameros, entremezclando la wayliya y la qhaswa en una armonía singular.
Los objetivos de este ritual son múltiples,
desde la preservación de la identidad cultural local hasta la difusión
internacional de estas expresiones. La wayliya haquireña se destaca por su
arraigado respeto a la tradición, reflejado en sus máscaras, música y roles
distintivos, y sirve como un vínculo de hermandad y solidaridad entre los
participantes, perpetuando así un legado cultural invaluable.
La wayliya o huaylía[1]
es una expresión ritual compuesta por un conjunto de música, canto y danza, que
se practica en el contexto de las celebraciones a la natividad del Niño Jesús. Esta
celebración, que se organiza para rendir culto al Niño Jesús, se basa en
tradiciones de carácter religiosas cristinas así como en como dinámicas propias
de la ritualidad andina. La fiesta se erige sobre un sistema de cargos con una
rotación anual, siendo la función principal del mayordomo o karguyoq la de asumir los gastos de carácter comunal como la
preparación de comida y chicha. También destaca la figura del prioste, encargado de la mantención de
las figuras del Niño Jesús y el Niño Manuelito y sus ajuares, así como de
asegurar el cumplimiento de los karguyoq.
A su vez, los danzantes se organizan en comparsas provenientes de los dos
ayllus que organizan a Haquira: el uray
ayllu (abajo) y el wichay ayllu (arriba).
Los personajes que integran las comparsas de cada ayllu son la wayliya, el negro, el majeño, la waylala y los llameros, los cuales serán descritos a continuación junto con
ciertos elementos distintivos de la Wayliya
haquireña.
Una de las características de la wayliya de Haquira y que la distingue de
otras variedades, son las máscaras que usan los personajes de los negros. Estas son elaboradas a partir de
un tipo de arcilla llamada “andesita” y arena fina. Al ser quemadas toman un
tono rojizo. Son dos los tipos de máscaras que se fabrican: con gesto de
sonrisa y de silbido.
La comparsa de los llameros y waylalas cuenta con música propia, ejecutada con flautas o lawitas y tinyas. A este género musical se le conoce como qhaswa,[2] y sus orígenes estarían ligados a las
fiestas de fertilidad celebradas en tiempos prehispánicos. Su ejecución se da
en simultáneo con la de la wayliya,
aunque solo de manera instrumental. Cuando se presenta un descanso o los negros culminan su danza, es cuando el
canto de la qhaswa se hace presente.
La matraca y la esquila son dos
elementos característicos de la Wayliya de
Haquira. El uso de la matraca es vital para marcar el ritmo de la danza y
anunciar el desplazamiento de las comparsas desde una distancia considerable.
La esquila es una campana utilizada en el ganado vacuno y para ciertos
camélidos, por ello su uso está relacionado directamente con la presencia del llamero.
El sonido de la esquila se hace presente en el momento de la danza donde
los llameros entran en el círculo de
los negros, y, tanto la wayliya como la qhashwa se combinan formando una misma armonía musical.
La música de la wayliya haquireña está compuesta por una
serie de canciones que acompañan los distintos momentos de la danza, que se
delimitan por el ingreso de los diferentes personajes a escena. Por un lado, la
música se caracteriza por el canto en tono agudo de las wayliyas, y, sobre todo, por una elevada entonación en los
estribillos con los que terminan cada canto, el cual es denominado wijch’upa al igual que cantoras de las
comparsas. Los cantos son interpretados en quechua y las letras se refieren a la
veneración al Niño Jesús. Además del uso ya referido de guitarras y sonajas,
los negros llevan matracas de madera
y sonajas con las que producen sonidos rítmicos.
La música de la wayliya haquireña
es una expresión melódica rica y variada que acompaña la danza y canto ritual
de esta celebración en Haquira. Esta secuencia musical está compuesta por
diferentes canciones, cada una con ornamentaciones melódicas distintivas. Las
cantoras, que acompañan a los danzantes, utilizan inflexiones vocales
constantes, dando lugar a una melodía única para cada grupo participante y
ocasión específica, como la bienvenida, la presentación de personajes como el
majeño, la waylala, los llameros y los negros, y agradecimientos y despedidas.
Musicalmente, la wayliya haquireña
destaca por el uso de tonos menores, con transiciones ocasionales a tonos
mayores. Los instrumentos de percusión utilizados son sonajas y una guitarra
con cuerdas sueltas, cuyas voces femeninas llevan la línea melódica. Las
canciones están dedicadas exclusivamente a la estructura de la fiesta y
describen personajes, el desarrollo de la celebración y los valores asociados.
La adoración al nacimiento de Jesucristo es el trasfondo que une todas las
melodías.
La música de la wayliya haquireña
se caracteriza por las elevadas entonaciones en los estribillos llamados
"Wikch’upa", marcando cambios de melodía o pasos. Las melodías
presentan modulaciones naturales de acuerdo con los diferentes momentos de la
danza, el contexto y la interpretación de las cantoras. Aunque estas
modulaciones son cambiantes, el "Wikch’upa" permanece en la misma
altura melódica de manera constante.
La escala pentatónica estructura
casi la totalidad de las melodías interpretadas, resaltando la presencia de
tonalidades menores. La wayliya haquireña se distingue por su repetitividad y
la interpretación en quechua, con algunas variaciones lingüísticas a lo largo
del tiempo. La música refleja la esencia de la adoración al Niño Jesús y ha
mantenido su autenticidad a lo largo de los años, incorporando elementos del
quechua y del castellano.
Es importante destacar que la
wayliya haquireña ha preservado su autenticidad al no incorporar ningún
instrumento armónico, aunque se han realizado intentos aislados de
acompañamiento con la guitarra. El uso limitado de tonos menores y mayores
contribuye a la singularidad de esta expresión musical. La música de la wayliya
haquireña ha logrado trascender los siglos, conservando su estilo particular y
diferenciado del resto de las wayliyas de otras regiones, gracias a sus
melodías evocadoras y contagiosas.
Aportes para calificar la wayliya
haquireña
La danza tradicional, especialmente
la Wayliya Haquireña, es una expresión arraigada en contextos rituales y
ceremoniales. Su evaluación en concursos y festivales conlleva desafíos
particulares debido a su complejidad y la diversidad de personajes y funciones
que la componen. Ante estas dificultades, se ha propuesto una nueva forma de
calificación que busca abordar con mayor precisión los aspectos fundamentales
de esta manifestación cultural.
En este sentido, se ha determinado
otorgar un peso significativo tanto a la música como a la danza, evaluándolas
de manera independiente. Para la danza, se ha decidido no considerar aspectos
como la reseña o mensaje, ni tampoco la presentación de pancartas o elementos
de identificación, dado que estos son requisitos básicos que no deben influir
en la puntuación. Asimismo, elementos como el pasacalle y la puntualidad, que
son aspectos organizativos y de presentación, no se considerarán como criterios
de evaluación, ya que no reflejan directamente la calidad de la danza en sí
misma. Se ha establecido que la caída de una prenda no será causal de
descalificación automática, dejando a criterio del jurado la decisión de
descontar puntos si lo considera necesario.
Esta propuesta busca enfocarse en
la esencia de la danza tradicional Wayliya Haquireña, valorando aspectos
técnicos, expresivos y culturales sin verse influenciada por elementos
accesorios o incidentes menores que no afecten la calidad de la presentación.
Se busca, en última instancia, mantener la integridad y la autenticidad de esta
expresión cultural ancestral en el contexto de evaluaciones y concursos,
permitiendo una apreciación más justa y precisa de su riqueza artística y
cultural.
La evaluación de la danza de la
Wayliya se realiza a través de criterios detallados, cada uno diseñado para
destacar aspectos específicos de esta manifestación artística arraigada en la
tradición cultural. A continuación, se explican y argumentan los criterios y su
importancia en la puntuación final:
Vestuario y
Máscara (30 puntos):
La vestimenta y la
máscara son elementos fundamentales que contribuyen a la autenticidad y a la
expresión visual de la danza. La originalidad en el uso del traje, la
autenticidad de los materiales, la calidad en la confección y el colorido
adecuado se ponderan, sumando hasta 30 puntos. La máscara, como representación
simbólica, se evalúa en función de su material, posición y pertinencia,
asegurando que contribuya eficazmente a la expresión escénica.
Coreografía y
Escenografía (40 puntos):
Esta categoría abarca
la coordinación entre danzarines, la expresión corporal, los desplazamientos
estructurados y la coreografía en sí misma. Cada elemento se valora hasta 10
puntos, con el objetivo de garantizar una presentación visualmente impactante y
fiel a la esencia de la danza de la Wayliya. La coordinación, expresión y
desplazamientos estructurados son esenciales para la cohesión del grupo y la
creación de una representación escénica auténtica.
Limpieza y
Claridad de los Movimientos (30 puntos):
La elegancia, la
marcialidad y la gracia son aspectos intrínsecos a la Wayliya, y se evalúan en
diferentes segmentos de la danza, cada uno contribuyendo con hasta 10 puntos.
La elegancia y pulcritud en los movimientos, la marcialidad y ligereza en los
llamichos, así como la gracia y salero en la waylala, son criterios que buscan
asegurar la perfección técnica y la expresión adecuada de cada componente de la
danza.
DESGLOSAMIENTO DE CRITERIOS |
PUNTAJE MAXIMO |
Vestuario y mascara |
30 |
Originalidad
y uso correcto. Uso adecuado del traje. Uso correcto de indumentarias |
10 |
Materiales
originales Autenticidad de los trajes |
5 |
Calidad
en la confección. Colorido o combinación de los colores |
5 |
Mascara con el material adecuado, buena posición. |
10 |
Coreografía y
escenografia |
40 |
Coordinación.
Uniformidad en la propuesta. Uso adecuado de los traslados. Simetría en las
figuras de la propuesta. Manifiesta mediante movimientos uniformidad por los
danzarines y personajes de la danza |
10 |
Expresión
corporal. Demuestra seguridad en el escenario. Demuestra actitud. Demuestra
expresión facial acorde a la danza. Expresa emociones grupalmente |
10 |
Desplazamientos
estructurados. Hace correcto dominio de escenario. Utiliza simétricamente el
escenario. Los danzarines muestran uso adecuado del espacio escenico. Valora los espacios por los personajes de
la danza |
10 |
Coreografía.Cumple
con la secuencia de la danza. Respeta
las figuras propuestas de la danza. Hace uso adecuado en el traslado de la
coreografía. Propone figuras coreográficas sin perder la escencia de la danza |
10 |
Limpieza
y claridad de los movimientos |
30 |
Elegancia
y pulcridad en negros y majeño. El traslado en las mudanzas o ritmos son
simétricos. Hace uso adecuado de la
expresión corporal |
10 |
Marcialidad
y ligereza (en llamichos). El traslado en las mudanzas o ritmos son
simétricos. Hace uso adecuado de la expresión corporal |
10 |
Gracia
y salero en la waylala. El traslado en las mudanzas o ritmos son simétricos.
Hace uso adecuado de la expresión corporal |
10 |
PUNTAJE TOTAL |
100 |
La suma total de estos criterios,
con un puntaje máximo de 100, refleja la riqueza y la complejidad de la danza
de la Wayliya. Esta meticulosa evaluación busca preservar y celebrar la
autenticidad cultural de esta expresión artística arraigada en la tradición
haquireña.
La evaluación del canto y la música
de la Wayliya, una manifestación musical arraigada en la tradición haquireña,
se fundamenta en criterios específicos que destacan la autenticidad cultural y
la habilidad interpretativa de los participantes. A continuación, se desglosan
los criterios y se argumenta sobre su importancia en la puntuación final:
Autenticidad del
Vestuario y Presentación (Hasta 25 puntos):
La autenticidad del
vestuario y la presentación es esencial para preservar la esencia de la Wayliya
haquireña. La originalidad en la elección de materiales, la calidad en la
confección y la fidelidad a la vestimenta tradicional son evaluadas, aportando
un máximo de 25 puntos. Este criterio busca asegurar que la representación
visual sea un reflejo auténtico de la rica tradición cultural.
Presencia Escénica
y Conexión con el Público (Hasta 25 puntos):
La conexión emocional
entre el intérprete y el público es clave en la evaluación. La interacción
adecuada, la postura en el escenario y el uso efectivo de gestos y expresiones
faciales contribuyen a una presentación impactante. Estos elementos, valorados
hasta 25 puntos, buscan garantizar una experiencia emotiva y auténtica para el
público.
Wayliya o Ritmo
Musical (Hasta 55 puntos):
La evaluación del canto
de la Wayliya considera diversos aspectos técnicos y expresivos:
Técnica Vocal (Hasta 10
puntos): Se valora la calidad vocal, el control, la afinación y la proyección,
aspectos esenciales para una ejecución sólida.
Interpretación (Hasta
10 puntos): La expresividad y la capacidad para transmitir la esencia de la
canción son cruciales para conectar con la audiencia.
Pronunciación y Dicción
(Hasta 10 puntos): La claridad en la pronunciación y el respeto por las
características lingüísticas garantizan la comprensión de la letra.
Creatividad y
Originalidad (Hasta 5 puntos): La posibilidad de agregar toques personales sin
perder la autenticidad aporta originalidad a la interpretación.
Estructura/Respeto a la
Tradición (Hasta 20 puntos): Fidelidad a la estructura tradicional, respeto por
las costumbres asociadas y cumplimiento del tiempo asignado contribuyen a la
puntuación máxima.
DESGLOSAMIENTO
DE CRITERIOS |
PUNTAJE
MAXIMO |
Autenticidad
del vestuario y presentación |
|
Originalidad. Autenticidad y
adecuación del vestuario a la tradición. Representación fiel de la vestimenta
característica de la wayliya haquireña. |
Hasta 5
puntos |
Materiales
originales |
Hasta 5
puntos |
Calidad en
la confección |
Hasta 5
puntos |
Presencia
escénica y conexión con el público. Interacción adecuada con el público. Postura y presencia en el
escenario. |
Hasta 5
puntos |
Postura y gestos que
complementen la actuación. Uso efectivo de gestos y expresiones faciales. |
Hasta 5
puntos |
Wayliya
o ritmo musical |
|
Técnica vocal. Calidad de la voz. Control vocal y afinación. Uso
adecuado de la respiración. Rango vocal y proyección. |
Hasta 10 puntos |
Interpretación Expresividad y conexión emocional con la letra. Capacidad
para transmitir la historia o mensaje de la canción. Interpretación auténtica
del estilo tradicional. |
Hasta 10 puntos |
Pronunciación
y dicción. Claridad en la pronunciación de
las palabras. Buena dicción que facilite la comprensión de la letra. Respeto
por la fonética y las características lingüísticas de la canción. |
Hasta 10 puntos |
Técnica vocal |
Hasta 10 puntos |
Afinación |
Hasta 10
puntos |
Creatividad y Originalidad. Posibilidad
de agregar elementos creativos sin perder la autenticidad. Interpretación
única y personal de la canción tradicional. Adición de toques personales sin perder la
esencia tradicional. |
Hasta 5
puntos |
Estructura/
Respeto a la Tradición |
|
Momentos de la danza. Fidelidad y respeto por
la estructura tradicional de las canciones. |
Hasta 5
puntos |
Fidelidad a
la forma tradicional de interpretar la canción |
Hasta 5
puntos |
Conocimiento
y respeto por las costumbres asociadas a la canción |
Hasta 5
puntos |
Respeto del tiempo de
ejecución. Cumplimiento del tiempo asignado para la presentación. |
Hasta 5
puntos |
PUNTAJE
TOTAL |
|
La realización de concursos de
Wayliya Haquireña requiere una cuidadosa consideración de varios aspectos para
garantizar la preservación y autenticidad de esta expresión cultural ancestral.
En este sentido, se recomienda encarecidamente la utilización de diferentes
instrumentos de evaluación y la participación de jurados especializados en el
rubro.
El uso de instrumentos como la
escala de valoración, la rúbrica, la lista de cotejo o la guía de observación
permite una evaluación más detallada y objetiva de las presentaciones. La
elección del instrumento dependerá de la naturaleza específica de los criterios
a evaluar y del enfoque que se desee dar a la calificación. Es esencial que la
calificación no solo se base en números, sino que también incluya comentarios
detallados del jurado. Estos comentarios, ofrecidos de manera constructiva,
permiten que los competidores comprendan mejor sus fortalezas y áreas de
mejora, contribuyendo así al desarrollo continuo de la expresión cultural.
La composición del jurado es
crucial en este proceso. Se recomienda contar con jurados especializados en
danza tradicional, específicamente en la Wayliya Haquireña. La designación de
jurados debe basarse en criterios de meritocracia, considerando la experiencia
y trayectoria de la persona en diferentes roles dentro de la manifestación
cultural. Es crucial que los jurados posean un conocimiento profundo de la
wayliya, habiendo pasado por diversas etapas, desde aprendices y practicantes,
hasta organizadores y maestros que transmiten el arte a las nuevas
generaciones. Esto garantiza una evaluación informada y respetuosa, al tiempo
que contribuye a la preservación y promoción genuina de esta rica tradición
cultural.
[1] Se ha
considerado distinguir los vocablos huaylía de wayliya, siendo este último el
utilizado en el expediente presentado por los portadores de la expresión. Si
bien wayliya es el término original proveniente del quechua, popularmente se le
designa como huaylía. Otras variedades practicadas en zonas aledañas, han sido
declaradas como huaylias y no con la denominación quechua.
[2] Las
qhaswas son principalmente ejecutadas en el contexto de los carnavales.
Comentarios
Publicar un comentario