Reseña de la Danza de los Negros de Haquira


La navidad en Haquira es festejada con un grado de particularidad que merece su mención. A diferencia de las sociedades occidentales que ven a la navidad en torno a los regalos y a papa Noel, o de aquellas algo conservadoras que incluyen la religión, en Haquira el nacimiento del niño Jesús es central, al menos así lo fue en antaño.
La danza de los negros es la actuación más importante y la más antigua en el pueblo de Haquira por el motivo de la navidad. Sus orígenes datan de la época colonial y en la época republicana es cuando se instaura como propio y se robustece. Ha habido momentos en la historia en que la costumbre tuvo sus desventuras y sinuosidades. Esta danza, en efecto, pone de manifiesto la realidad histórica de la formación social de un pueblo andino de Apurímac.
Esta danza expresa la cordura, la gallardía y la elegancia. Los pasos de los negros son contados y van a un solo ritmo. Cada pazo es medido y calculado. La intensidad y la sincronía predeterminadas demuestran la soberbia de los danzantes. La danza lo ejecutaban los sirvientes negros para hacer pleitesía al niño Jesús en la navidad.
Con el paso del tiempo, cuando ya no habían negros, los vecinos y naturales bailaban la misma danza pero escondiendo su identidad e imitando a los negros.se empleo la máscara  de arcilla cocida para parecer el danzante genuino y para evitar represalias por parte de los gamonales, pues también era una burla el emplear el rostro del gamonal blanco en la pequeña mascara de nariz respingada.
La danza es bailada al compás de la huaylia. La huaylia tiene orígenes en la wayliya prehispánica. Este género musical poético andino era para hacer apologías y alabanzas. Ese mismo género se trasladó para albar al cristo europeo y así los haquireños lo emplearon en su danza de los negros. las canciones son entonadas por mujeres de una voz aguda. La procedencia de las cantoras es el distrito de Ayrihuanca, actual distrito de Micaela Bastidas en Grau. Es por ello que tenían que andar en largas caminatas a pie o sobre el lomo del caballo o shuchito grauino. De forma recíproca también los danzantes haquireños viajaban hasta Ayrihuanca a dar otro tributo al patrón local. La música es acompañada por sonajas chillonas y por un cantor varón que junto a su guitarra y vestido de poncho y sombrero de paja se hace llamar pastorero.
Junto a los negros se incorpora el majeño. Este personaje es la representación del mestizo oriundo de Majes. En la antigüedad los costeños viajaban a los pueblos cordilleranos para buscar fortuna. Montados en sus caballos en ritmo de galope cruzaban valles y punas. Llevaban puesto un poncho de color vicuña para ufanarse de sus riquezas. Se ponían unos protectores de cuero para proteger los pies en las largas cabalgatas al que llaman qharawatana. En el pecho llevaban colgando un cacho de toro en donde depositaban sus mejores vinos. Así, los majeños eran unos mercaderes aventureros que llevaban productos de la costa, pero lo que más les gustaba a los naturales de Haquira era su vino. Es por ello que el majeño llevaba una pequeña porción en su Waqra para poder compartirlo con facilidad.
Asimismo en estas fiestas se incorporan los llameros o llamichos. Estos son naturales de las partes altas de Haquira. Estos, con días  de anticipación, desde los cerros Asoqa, Orqontaki, Surimana, alistan sus trajes para hacer presencia en el día de la navidad en el pueblo de Haquira. Van cargados con sus pellejos de llamas, con sus animales disecados para mostrar sus riquezas, y en la danza se lleva una máscara de tronco sucio y brillante para demostrar el rostro de los llameros “desaseados”. Los llameros van llevando sus cantos populares acompañados de flautas que llaman lavitas y un tamborcito de amplia vibración que llaman tinya. Son dirigidos por el qhapaq llamero, que es el llamero más rico, este porta sus ch’uspas adornadas con monedas.

Los haquireños son muy burlones. Muestra de esto es la presencia de la waylala. Esta es la representación de la mujer “que no sabe hacer las labores domésticas”. Asimismo representa la perfidia y lisonjeria, es por ello que representa a la “lisa p’asña haquireña”. En realidad el que se viste así es un varón que hace los movimientos más graciosos para hacer una parodia de las mujeres. Incluso solo baila con lo llameros, en especial con el qhapaq llamero.

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